
Estamos seguros de que has escuchado hablar de las drogas. Sin embargo, ¿sabías que muchas de ellas son legales e incluso se venden en las farmacias? Seguramente, al leer la palabra “droga” vienen a tu mente sustancias ilegales como la heroína o la cocaína, pero el mundo de las drogas es mucho más amplio que eso. A lo largo de este artículo te vamos a explicar los tipos de drogas que existen y cómo actúan sobre nuestro organismo, modificando nuestros patrones de conducta.
Para poder entender este tema, lo primero que debemos hacer es definir qué es una droga. Pues bien, las drogas son cualquier sustancia que al ser ingeridas ocasionan una respuesta fisiológica en el organismo que se traduce, en la mayoría de los casos, como un cambio a nivel conductual. Las drogas pueden tener diversos orígenes, es decir, pueden ser naturales, semisintéticas o sintéticas. Estas últimas, son elaboradas por el hombre mediante la manipulación de diversas sustancias químicas.
Ahora bien, la clasificación de las drogas no se basa en un único criterio, sino que para hacerlo se pueden tomar en cuenta tanto su origen como el efecto que tienen en el organismo. En este sentido, a continuación, te vamos a hablar de cada tipo de droga siguiendo los criterios ya mencionados.
Como bien te explicamos un poco más arriba, de acuerdo a su origen, las drogas se van a clasificar en tres grandes grupos: las naturales, las semisintéticas y las sintéticas. Veamos en qué consiste cada una de ellas.
Tal como debes estarlo imaginando, las drogas naturales son aquellas que se encuentran directamente en la naturaleza, es decir, no sufren ninguna modificación por parte de la mano del hombre. Se obtienen directamente de plantas. Ejemplos representativos de este tipo de drogas son algunos hongos alucinógenos, la marihuana y el opio.
Este tipo de drogas son aquellas que se obtienen a partir de precursores naturales, pero que a su vez requieren de un proceso de refinación en un laboratorio. Un ejemplo representativo de este tipo de drogas es la cocaína.
Sí, seguramente ya te imaginas cuáles son estas drogas. Y estás en lo correcto, pues son aquellas que se elaboran por completo en un laboratorio a partir de sustancias artificiales. Un tipo de droga sintética que estuvo muy de moda en la época de los años 60 fue el LSD. En la actualidad, el éxtasis le ha robado protagonismo entre la juventud.
Como es bien sabido, las drogas actúan a nivel de distintas partes de nuestro organismo, generando respuestas fisiológicas distintas. Es así como existen las drogas estimulantes, las depresoras y las alucinógenas. ¿Te gustaría estudiar cada una por separado? Pues veamos.
Como su nombre permite inferir, las drogas estimulantes son aquellas que generan una respuesta fisiológica de alerta en el organismo. ¿Qué quiere decir esto? Pues simplemente que este tipo de drogas tienden a exacerbar ciertas funciones para que el organismo se mantenga “despierto y activo”. Hablando desde el punto de vista fisiológico, las drogas estimulantes generan los siguientes efectos:
Las personas que consumen drogas estimulantes experimentan una sensación de poder y euforia que les hace sentirse capaces de hacer cualquier cosa. Tienden a hablar mucho y a moverse de forma frenética, debido a la gran cantidad de energía que les proporciona la droga. Debido a todas esas sensaciones que le invaden, es muy posible que también experimenten una pérdida de la noción de realidad. Entre las drogas estimulantes te podemos mencionar la cafeína, las anfetaminas, la cocaína y el crack.
Este tipo de drogas son todo lo contrario a las estimulantes. El efecto que causan es similar a la sedación. Es decir, ellas alivian la ansiedad, reducen la tensión muscular y en general, producen una sensación de calma y adormecimiento. De forma específica, algunos de los efectos de las drogas depresoras en el organismo son:
Generalmente, las personas que consumen este tipo de drogas padecen de algún tipo de trastorno psicológico, como por ejemplo el trastorno de ansiedad o ataques de pánico, por lo que buscan alguna sustancia que les ayude a dominar esos estados de angustia. Estas drogas incluso pueden llegar a inducir un estado de coma y, finalmente, la muerte. ¿Conoces algún tipo de droga depresora? Pues bien, entre estas se encuentran las benzodiacepinas (muy utilizada por los psiquiatras) y el alcohol, así como también la morfina y la codeína. La heroína también es una droga de tipo depresor.
Por su nombre, podemos intuir que este tipo de drogas son aquellas que generan en el individuo una distorsión de la realidad a través de alucinaciones. Actúan a nivel del sistema nervioso central afectando directamente la forma en que el individuo percibe su realidad. Los principales efectos que generan las drogas estimulantes son los siguientes:
Estas drogas alteran en gran medida la capacidad cognitiva de quien las consume. Si su consumo se hace habitual, se ve muy afectada la capacidad de razonar y pensar e incluso el individuo puede llegar a experimentar pérdida de la memoria. Muchas de las drogas alucinógenas son naturales e incluso son utilizadas por grupos aborígenes en rituales, como por ejemplo la ayahuasca, algunos hongos alucinógenos y el peyote. Así mismo, también podemos mencionar entre ellas al LSD, la ketamina y al DMT.
De forma general, las drogas son extremadamente dañinas para el organismo, pues además de generar cambios y transformaciones en él, también ocasionan dependencia. Esto quiere decir que el cuerpo se habitúa a ellas y cuando no recibe su dosis, comienza a manifestar signos y sensaciones que no son para nada placenteras y que, en su conjunto, se conoce como síndrome de abstinencia. Es por esto que, en el caso de las drogas que son legales, como las benzodiacepinas, los psiquiatras están muy pendientes de las dosis y de la forma en que el paciente las ingiere, precisamente para evitar la adicción a ellas.
Las drogas siempre han sido un tema de preocupación a nivel mundial y antes se creía que las principales víctimas eran los jóvenes. Sin embargo, vemos cómo cada vez más los adultos caen en sus redes. Esto quizás se deba a la gran carga de responsabilidad que cada quien tiene, al exceso de trabajo o incluso a la incapacidad de adaptarse a vivir en sociedad. Sea como sea, estamos de acuerdo en admitir que las drogas son un problema que, lejos de disminuir, ha ido creciendo y se ha convertido en uno de los flagelos que más ataca a nuestra sociedad.