
El diccionario de la Real Academia Española define la ansiedad como un estado de agitación, inquietud o zozobra del ánimo.
Este es un mecanismo biológico evolucionado de adaptación, que surgió para apoyar la supervivencia del ser humano. Cuando esta reacción se vincula con estímulos no amenazantes, puede convertirse en una patología.
En la actualidad, existen gran variedad de medicamentos para la ansiedad, aunque los mismos disminuyen los síntomas de la misma, no atacan el origen. La única solución real ha dicho problema consiste en la terapia psicológica, de no ser así, los síntomas irán a más hasta finalmente, no permitirte seguir con tu día a día.
En este artículo, se hablará sobre el origen de la ansiedad y las recomendaciones para evitarla.
¿Cómo se origina la ansiedad?
Los síntomas que se pueden experimentar al tener ansiedad son: respiración entrecortada, boca seca, mareo, aumento de la frecuencia cardíaca, transpiración excesiva, tensión muscular, frío en las manos y pies, deseos de correr, gritar, debilidad, desesperación, entre otras.
De acuerdo a las investigaciones, la ansiedad es producida por un cambio en el ritmo de la respiración, que se traduce en hiperventilación. Esto viene precedido por situaciones que el individuo considera amenazantes, debido a factores biológicos y ambientales, que lo hacen reaccionar de manera ansiosa.
No todas las personas sienten ansiedad, son dichos factores que llevan a un grupo a sentir que estarán en peligro, aunque no sea real.
Recomendaciones para evitar la ansiedad
La ansiedad puede presentarse cuando hay ciertas preocupaciones. En caso de que sea frecuente puede convertirse en un Trastorno de Ansiedad Generalizado. Por eso, las siguientes recomendaciones pueden ayudar a enfocar la situación y disminuir esta emoción:
Bibliografía
SIERRA, J., ORTEGA, V., y ZUBEIDAT, I. (2003). Ansiedad, angustia y estrés: tres conceptos a diferenciar. Revista Mal-estar E Subjetividade, vol. 3, núm. 1, março, 2003, pp. 10 – 59 Universidade de Fortaleza, Brasil